La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se ha consolidado como la tercera institución educativa en México con más solicitudes de patentes, según cifras del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). En 2023, de las 4,758 solicitudes de patente recibidas por el IMPI, una tercera parte correspondieron a trámites de universidades, con la BUAP destacándose entre ellas, solo por detrás de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional.
El doctor Martín Pérez Santos, encargado de la Oficina de Transferencia de Tecnología de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento de la BUAP, informó que los investigadores de esta universidad realizan en promedio 30 solicitudes de patentes al año. “Actualmente tenemos 137 patentes otorgadas y 350 solicitudes en trámite ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial; estos procesos pueden durar hasta cinco años”, comentó.
Las patentes de la BUAP abarcan diversas áreas, entre las cuales la farmacéutica lidera con 28 patentes relacionadas con innovaciones en fármacos antivirales y antidiabetes. Le sigue la electrónica con 25 patentes enfocadas en la industria de alimentos, redes inalámbricas, tarjetas electrónicas, instrumentación y circuitos integrados. En tercer lugar se encuentran las energías alternas, con 18 patentes que incluyen desarrollos como convertidores fotoeléctricos, colectores solares y biocombustibles.
Destaca la doctora Griselda Corro Hernández, investigadora de la BUAP, quien es la científica mexicana con más patentes otorgadas en el país, sumando un total de 12.
En la lista de áreas con patentes también se encuentra la agroindustria con 13 innovaciones, como un sistema para remover las cascarillas de los cereales sin dañar el grano, facilitando la reducción del uso de agua. Además, 11 patentes corresponden a dispositivos médicos como prótesis vestibular y métodos no invasivos de medición de glucosa.
El siguiente paso tras obtener el derecho exclusivo sobre las invenciones es la transferencia tecnológica. “Buscamos escalar las tecnologías desarrolladas en la BUAP mediante mecanismos que faciliten las pruebas exigidas por las normas mexicanas y, posteriormente, la transferencia tecnológica. Esto implica vinculaciones con empresas interesadas en nuestras patentes y requiere una inversión económica considerable por parte de las industrias”, explicó Pérez Santos.
La BUAP ya ha licenciado una patente: Nanoderma, y actualmente está en negociaciones con industrias interesadas en desarrollos del ICUAP y de la Facultad de Ingeniería Química. Además, la BUAP está registrada en una plataforma de dispositivos biomédicos para dar a conocer sus invenciones.
Pérez Santos subrayó la importancia de la vinculación con organismos empresariales y alianzas con entidades como la Red de Centros de Patentamiento del IMPI y la Red Mexicana de Oficinas de Transferencia de Tecnología, así como con dependencias gubernamentales, como la Secretaría de Economía y Conahcyt.
Finalmente, destacó que las universidades juegan un papel fundamental en la generación de conocimiento y la innovación tecnológica, aspectos esenciales para el desarrollo del país. Proteger los resultados mediante patentes es crucial para este proceso.