Con el arribo de la LXII Legislatura el pasado 15 de septiembre, el Congreso de Puebla asumió un papel de oficialía exprés, para admitir, discutir y dictaminar en horas las reformas constitucionales enviadas por el Congreso de la Unión.
Este fenómeno no es exclusivo de la entidad, sino que obedece a una “línea” nacional que replican todos los Congresos estatales con mayoría de legisladores de Morena y sus aliados.
Como alarde de supremacía o ejercicio del poder absoluto, las legislaturas morenistas compiten por ser la que apruebe más rápido las modificaciones a la Constitución del país, que deben validarse por al menos 17 entidades para promulgarse.
En esta exhibición de legislación mecánica, el Congreso de Puebla ha normalizado el sesionar en el pleno para dar entrada a los dictámenes federales, declarar receso para que la Comisión de Gobernación avale las reformas en minutos y sin discusión, las devuelva al pleno y se aprueben en la misma sesión una vez que se reanude.
Así han pasado todas las reformas constitucionales emanadas del Senado de la República y la Cámara de Diputados en el último mes y medio, con un puñado de votos en contra de los partidos de oposición.
Este jueves se avaló así la reforma de supremacía constitucional, que cierra la posibilidad de impugnar reformas constitucionales y cancela la facultad de presentar acciones de inconstitucionalidad y controversias constitucionales a ayuntamientos, Congresos locales, órganos autónomos y partidos políticos.
La modificación a los artículos 105 y 107 constitucionales se aprobó con 34 votos a favor y seis en contra, entre reclamos de legisladores del PAN, PRI y MC que calificaron el dictamen como regresivo y autoritario.
Otras polémicas reformas a la Constitución del país avaladas de esta forma, fueron la reforma judicial y la que subordinó la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
También otras modificaciones más bondadosas, como la reforma en materia de vivienda y la que reconoce derechos a comunidades indígenas y afro mexicanas.